jueves, 15 de abril de 2010

Percepciones

Vaho

El suelo blando, después de la lluvia fría, contenía sus huellas de pies desnudos. Él, balanceándose, las miraba como si escondieran algo que no podía adivinar.

¿Hace cuánto tiempo estaban allí? Vio que de ellas salía un tenue vaho, una exhalación de vida, parecía que por entre ese velo se escapaba lo que estaba buscando. ¿Pero hacia dónde iba si a poca altura se dispersaba o era absorbido por el aire transparente?

Levantó los ojos que desembocaron en un cansado sol de otoño y miró, acto seguido, a esas huellas esculpidas, vaporosas.

-Es él, es él quien las roba.

Y una pena se acunó en su cara. ¿Cómo impedir que se le perdiera para siempre lo que estaba tratando de descubrir? Si todo se iba en el vapor ¡Cómo podría saber qué era lo que buscaba!

Permaneció inmóvil.

- Si me quedo quieto, todo movimiento se detendrá y alcanzaré a recordar qué es lo que se esconde allí. Porque debo saberlo, es imposible que algún día no lo haya sabido, sólo debo recordarlo, traerlo lento, lento a la memoria, como pescando, sin dar tirones bruscos, poco a poco.

Aún inmóvil.

-Ayer, hoy, mañana. Palabras que se usan. Palabras que significan nada. Ayer, que no existe. Hoy, que pasa demasiado rápido. Mañana, que tampoco existe. Cuando, que tampoco significa nada. Ahora es ayer, pero también es hoy y diría que además es mañana, pues si lo pienso ya es. Entonces ¿hace cuánto tiempo estaban allí?

Seguía sin moverse.

-Y el vaho que se está llevando eso que no sé ¿es un transporte, un contenedor de materias más sutiles invisibles a la mirada?

-A ver. A ver si se detiene. No me moveré ¿pero qué hago con mi respiración que insiste en hacer que me mueva aunque sea un mínimo?

No respira.

Su corazón sigue latiendo.

-Estos latidos me mueven aunque es muy poquito. No logro la inmovilidad total.

Mira las huellas. El vaho ha disminuido su intensidad, se desprende apenas, es casi invisible.

-¡Ah! Lo estoy consiguiendo. Si no me muevo, si no respiro, si mi corazón no late, lograré que no se me escape lo que estoy buscando.

Fijó nuevamente la mirada en el objeto de su ocupación y tuvo conciencia de que ya no podría cerrar los ojos ya que eso implicaba un movimiento.

-Ya. Estoy inmóvil.

Un oleaje de júbilo lo embargó. Inmediatamente se dio cuenta de que se había equivocado.

Su mente estaba en intenso movimiento. De las huellas no emanaba sustancia alguna.. Pero lo que allí se escondía tampoco se podía descubrir.

Cerró con lentitud los ojos y respiró hondamente. Las huellas borbotaron de nuevo bocanadas de vaho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario